30 de octubre de 2012

QUEMADURAS QUÍMICAS

Antes de manipular cualquier sustancia química es imprescindible conocer sus características fisicoquímicas, su toxicidad y tener en cuenta algunas precauciones como evitar la mezcla de diferentes productos, almacenarlas alejadas de fuentes de calor y fuera del alcance de los más pequeños, etc. Con el fin de prevenir riesgos se debe proceder al correcto etiquetado de los recipientes que los contienen. 

La etiqueta nos proporciona información sobre la denominación del producto, del proveedor o fabricante, pictogramas e indicadores de peligro, frases estandarizadas de los riesgos específicos del producto (frases R) y consejos de prudencia (frases S). Los responsables de la comercialización deben facilitar las fichas de seguridad química para así tener información para una manipulación segura.



En la vida doméstica, ya sea en el transporte, en el tiempo de recreación o especialmente en la actividad laboral, el ser humano está expuesto al contacto con compuestos químicos muy variados (tóxicos, irritantes, corrosivos, inflamables, cancerígenos o explosivos) cuyo efecto en el organismo va desde simples inflamaciones de la piel hasta graves lesiones que pueden desencadenar la muerte. La mayoría de estos accidentes sólo originan quemaduras de primer grado que se resuelven, en general, en una semana al producirse la descamación de la piel, similar a la que se observa en una quemadura solar.


Una quemadura química es por lo tanto el resultado de la exposición a productos químicos y se produce cuando una ácido o base fuerte o sustancias corrosivas entran en contacto con el organismo. La gravedad de la misma depende de la cantidad, la concentración y el grado de penetrabilidad de la sustancia causante y de la duración de la exposición. Una sustancia química puede penetrar en el organismo por diferentes vías y en función de la vía de entrada así serán las lesiones. Puede: lesionar la piel, ser absorbida y causar daños internos, ser inhalada y causar daños pulmonares...

 Estas quemaduras resultan a veces muy difíciles de manejar debido a la gran diversidad de productos existentes y a la presencia de diferentes mecanismos de acción y se diferencia de una quemadura térmica en que el daño corporal no se detiene hasta que los tejidos o el tratamiento adoptado neutralicen el producto.

Tratamiento

La terapia hídrica, salvo excepciones, es el elemento clave del tratamiento inicial de este tipo de quemaduras. Cuanto más rápido se inicie, mejor va a ser el pronóstico del paciente porque estas lesiones continúan el daño en el tejido hasta que son eliminadas o inactivadas. La irrigación debe aportarse siempre con un flujo suave con el fin de evitar una mayor propagación en profundidad de la sustancia en el tejido o la salpicadura a los ojos. Al irrigar con agua se suele producir calor.
Por otra parte también es necesario el retiro inmediato de las sustancia química, la eliminación de las ropas contaminadas y contrarrestar dicha sustancia que permanece en el cuerpo por medio de desbridamiento o neutralización.
Después emplearemos agentes antimicrobianos y en caso necesario inmunizaremos contra el tetanos.
Estas quemaduras requieren reposición de líquidos, analgésicos (no en todos los casos) y si existe alergia vamos a administrar esteroides, adrenalina y antihistamínicos.
Cuando hay insuficiencia renal y toxicosis sistémica grave será necesario utilizar hemodiálisis.
Igualmente en muchos casos se requieren injertos.



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