SOPORTE VITAL BÁSICO I

Los traumatismos debidos fundamentalmente a los accidentes de tráfico y a la violencia y las cardiopatías isquémicas son importantes causas de mortalidad en los países desarrollados. Según las estadísticas, ambas alcanzan el máximo de mortalidad en los primeros momentos tras el incidente. Esto es así porque la asistencia a este tipo de enfermos es inicialmente llevada a cabo por personal no sanitario (policías, bomberos, los propios ciudadanos..).

Imaginaos que vais por la calle y observáis a una persona que tropieza en un escalón y se cae al suelo quedándose inmóvil, ¿qué haríais?

Para poder responder a esta cuestión primero es necesario conocer el soporte vital básico. ¿Qué se entiende por SVB? Pues bien, el soporte vital básico es aquel conjunto de medidas encaminadas a mantener las funciones vitales en situaciones de riesgo inminente para la vida. Son, por lo tanto, procedimientos aplicados a las víctimas que presentan una parada cardiorrespiratoria con el fin de sustituir en primer lugar y más tarde reinstaurar, la función fisiológica del corazón y de los pulmones. Este soporte engloba los tres primeros pasos de la cadena de supervivencia, la cual consiste en una sucesión de circunstancias favorables que hacen más probable que una persona sobreviva a una situación de emergencia. Presenta cuatro eslabones: 

Estos cuatro eslabones son importantes por sí solos y en conjunto, dado que como ocurre con toda cadena, si uno de ellos no funciona, la cadena se rompe y el riesgo de muerte aumenta considerablemente.

Por ello, sería conveniente desarrollar un sistema de formación para que todo el mundo pueda tener unos conocimientos básicos sobre el tema y así poder poner en marcha los primeros eslabones antes de la llegada de los servicios sanitarios. Una asistencia precoz y adecuada ayudaría a reducir esta tasa de mortalidad.

Somos muchas personas en el mundo, hablamos diferentes idiomas, cada uno tenemos nuestras creencias y costumbres, pero compartimos el privilegio de poder salvar una vida. Recordad que al nacer tenemos una esperanza de vida pero, a veces, ésta se interrumpe antes de lo esperado bien de forma brusca, inesperada y repentina o incluso irreversiblemente.