9 de noviembre de 2012

ACCIDENTE CEREBRO VASCULAR

Bueno chic@s, hoy trataremos, como ya habéis leido en el título, los accidentes cerebro vasculares.

El ACV, también llamado ictus, apoplejía o derrame cerebral,  es una enfermedad cerebrovascular que se caracteriza por una interrupción o reducción drástica del suministro de sangre al cerebro privando a las células de oxígeno y nutrientes y por lo tanto afectando a sus funciones de forma variable según la zona cerebral dañada. Así las células del cerebro comienzan a morirse en cuestión de minutos.

El accidente cerebro vascular se distingue de otras patologías de su misma índole en que se trata de episodios graves que afectan a las funciones del sistema nervioso central.

Es una emergencia médica cuyo tratamiento y atención temprana es crucial para reducir al mínimo el daño cerebral y las complicaciones posteriores.

Debemos ante todo establecer una clasificación:


Según la zona del cerebro que se vea afectada, así serán sus síntomas. Algunos de ellos son: problemas en la deglución y al hablar, debilidad o nulo movimiento de algún miembro, problemas en la visión, cefalea aguda, movimiento asimétrico de la boca, confusión, etc. Decir también que si el ACV es leve los síntomas pasan prácticamente desapercibidos.

Y ahora nos planteamos la pregunta de siempre, ¿cómo debemos actuar ante una persona que ha sufrido un accidente cerebro vascular? Pues bien de forma muy breve y resumida, cuando vamos a prestar los primeros auxilios a una persona con un cuadro de este tipo, debemos cuidar su ventilación, vigilar sus constantes vitales y avisar al 112. La actuación va a depender de la gravedad y del estado de consciencia de la víctima, por lo tanto si se encuentra insconciente debemos practicarle la reanimación cardiopulmonarm como hemos visto cuando hablamos del soporte vital básico.

Aún así, a pesar de lo que este tipo de problemas engloban, existe una buena noticia o por lo menos una esperanza y es que los ACV se pueden tratar y prevenir. Para llegar al desarrollo de un ACV tienen que estar presentes en nuestro organismo una serie de factores, que llamamos factores de riesgo (hipertensión, diabetes, colesterolemia, edad, sobrepeso, tabaquismo...) De manera que muy probablemente el mejor control de estos factores de riesgo es el responsable de su disminución.

Muchos de estos factores se producen por una mala alimentación, sedentarismo, despreocupación, malos hábitos...en definitiva por llevar un estilo de vida insano por lo que no estaría de más realizar campañas y tomar otras medidas para poder concienciar a la población de que cambie su estilo de vida. Por ejemplo aquí podriamos nombrar la educación sanitaria que realiza el personal de enfermería. La mayoría de las veces somos nosotros mismos los que por nuestra despreocupación acabamos desarrollando enfermedades que en el caso de cuidarnos  no se manifestarían. Está claro que a todo el mundo le gustaría poder comer de todo, algo que en muchas ocasiones no es recomendable pero...¿qué tal si además de complacer al estómago con platos que en un principio horrorizamos porque no llevan sal o porque no nos acaban de llenar el ojo, nos protegieran de sufrir un ACV?


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